En Ponteareas se celebra la fiesta de Corpus Christie todos los años en primavera. Su principal atractivo es la confección de cientos de metros de tapices florales que cubren las calles para el paso de la procesión religiosa. Es una tradición que data de principios del siglo XX cuando se tapaban los baches con flores. Esta festividad fue declarada Fiesta de Interés Turístico en 1968, Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1980, y Fiesta de Interés Turístico Internacional en 2009. Ponteareas cuenta  con una escuela de alfombristas y cada año participan asociaciones del resto de España y del extranjero. En 2010 varios vecinos confeccionaron un tapiz de 120 m2 en Santiago de Compostela como ofrenda al papa Benedicto XVI que visitaba la ciudad en el Año Santo Jacobeo.

Aparte del fervor religioso la festividad es celebrada por miles de visitantes que acuden a disfrutar de las alfombras confeccionadas en una sola noche. Los vecinos se agrupan por calles y preparan el material durante el mes previo a la fiesta. Se busca una temática, se diseña el dibujo adaptándolo al tramo de calle y se busca el material que se va a utilizar dependiendo de la geometría y de la combinación de colores. Todo ello se guarda bajo estricto secreto hasta la noche anterior a la fiesta. Cada persona colabora en lo que sabe hacer. Los diseñadores pasan el dibujo a grandes plantillas de plástico que se pondrán en la calle para realizar el patrón; los más jóvenes ayudan a las personas expertas a deshojar flores y arbustos mientras aprenden la tradición; otros van al campo a buscar el material que se va guardando en lugares frescos hasta el momento del uso. También hay quien hace café y ofrece bizcocho para pasar las largas horas de trabajo después de la jornada laboral. El material usado es diverso, árnica, coca, carriza, fiuncho, hortensia, pampullo…pero se va innovando cada año llegando a teñirse alguna planta del color que “falta”. También se usa arena, serrín y otros materiales.

El sábado previo a la fiesta se marca el diseño en el asfalto y se empieza a perfilar con árnica, trabajo de los más pequeños. Poco a poco se van rellenando los huecos de colores y se va vislumbrando la idea de los diseñadores. Si es una noche lluviosa en la que el agua arrastra el trabajo, se vuelve a empezar  y se comparte material de otras calles. La hora en la que finaliza la confección de las alfombras es incierta. Muchísimos visitantes pasean durante la madrugada observando el trabajo de los ponteareanos que arrodillados o en cuclillas van dándole forma a los tapices. Con los balcones y ventanas adornados, el pueblo se prepara para el paso de la procesión que dará fin a los hermosos trabajos hasta el siguiente año,

En Bruselas, la tradición de hacer alfombras florales no es tan antigua. Se remonta a 1971 y tiene lugar cada dos años en la Gran Place. Es realizada por 100 jardineros en apenas 4 horas en las que colocan 700.000 begonias de diferentes colores procedentes de Gante. El fin de esta alfombra es al cabo de pocos días, cuando las flores se marchitan.

Para acercar a nuestro alumnado a esta tradición común a Ponteareas y Bruselas preparamos una actividad en la que confeccionaron varios tapices a pequeña escala. Primero estuvieron aprendiendo sobre el evento visualizando vídeos de la escuela de alfombristas. Después, ayudados y guiados por miembros de la asociación y por personal del concello de Ponteareas, formaron equipos, prepararon el material y se pusieron manos a la obra. Los chicos y chicas de Galicia les iban mostrando a sus compañeros belgas el nombre en gallego de las flores y hojas más utilizadas. Fue una gran experiencia y les gustó mucho.